miércoles, 26 de febrero de 2014

Trabaja Por La Unidad

Nada en la tierra es más valioso para Dios que su iglesia. Por eso Dios quiere que la protejamos sobre todo el daño devastador que causan la división, el conflicto y la falta de armonía. Consejos prácticos, según Rick Warren, para mantener la unidad:

1.- Enfoquémonos en lo que tenemos en común, no en las diferencias.

Debemos disfrutar nuestras diferencias, no simplemente tolerarlas. DIOS QUIERE UNIDAD, NO UNIFORMIDAD. Los conflictos en la iglesia son una señal de que estamos concentrándonos en otros asuntos menos importantes. Por lo tanto las divisiones siempre surgen cuando dirigimos la mirada hacia las personalidades, las preferencias, las interpretaciones, los estilos o los métodos.

2.- Sé realista con respecto a tus expectativas.
 
Debemos amar a la iglesia con pasión pese a sus imperfecciones. El hecho de que hermanos nos defrauden y decepcionen no quiere decir que no puedas tener comunión con ellos.

3.- Decídete a animar más que a críticar.

Siempre es más fácil eludir el compromiso y hacerse a un lado para disparar dardos contra los que trabajan, que participar y hacer una contribución. No debemos juzgar o despreciar a otros creyentes cuyas convicciones son diferentes a las nuestras. Cuando juzgo a otro creyente pasan cuatro cosas al instante: pierdo mi comunión con Dios, saco a relucir mi propio orgullo e inseguridad, me coloco bajo el juicio de Dios y daño la comunión de la Iglesia.

No importa cuánto discrepes de los otros cristianos, nos son el verdadero enemigo.

4.- Niégate a escuchar chismes.

Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del problema ni de la solución. Entre los cristianos, las heridas más grandes generalmente vienen de las otras ovejas y no de los lobos.

5.- Practica el método de Dios para solucionar conflictos:


5.1. Enfrenta directamente y en privado a la persona con quien te disgustaste tan pronto como te sea
posible.
5.2. Si no se soluciona, pide ayuda de uno o dos testigos para confirmar el problema e intentar restablecer
la relación.
5.3. Si la persona persiste en su obstinación, debemos plantear el problema ante la iglesia.

Si después de todo esto se niega a escuchar, deberemos tratarla como a una persona incrédula.

6.- Apoya a tu pastor y a los líderes.


No hay líderes perfectos, pero Dios les da la responsabilidad y la autoridad para mantener la unidad de la iglesia. Por lo tanto, protegeremos la comunión cuando honramos a los que nos sirven por medio del liderazgo.

Finalmente, cuando las personas hallan una congregación donde los miembros se aman y se preocupan auténticamente los unos por los otros, habría que cerrar las puertas con llave para que no entren más.



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miércoles, 19 de febrero de 2014

¡En Pleno Siglo XXI!

Vivimos en una época donde la sociedad quiere reclamar el siglo XXI como el siglo de sus demandas personales. Por un lado se reclama como el siglo de los “derechos” de la mujer para imponer el aborto. Por otro lado se relama como el siglo de los derechos de los homosexuales para imponer el matrimonio igualitario o que uniones del mismo sexo puedan adoptar a niños. Además están los que lo quieren reclamar como el siglo de la “libertad” sexual, nada nuevo por otro lado, donde se vea como algo normal las relaciones sexuales esporádicas y sin compromiso. Además el siglo XXI debe ser el siglo del laicismo entendido en su forma más extrema. Quitamos a Dios de las escuelas, de los gobiernos, de las calles y si les dejas incluso de las iglesias. Dios queda relegado a tu casa, en una habitación, donde estés solo y nadie te pueda ver o escuchar y desde luego donde nadie se entere de tu opinión sobre Dios, sobre todo si crees que es real y murió en una cruz por ti. Si crees que Dios no existe puedes decirlo en todas partes, lo contrario mejor cállatelo.



La gente que quiere plantearnos de esta forma el siglo XXI no está muy lejos del fascismo. “O piensas cómo yo o tu opinión no tiene valor”. Ya se ocuparán luego de buscar la manera de desacreditar tu opinión. Si defiendes el aborto es porque eres hombre y de eso no puedes opinar. Si crees en Dios es porque vienes de una familia cristiana y no tenías más remedio (¿por qué todos los ateos se creen más listos que el resto?). Si defiendes el sexo dentro del matrimonio es porque eres un reprimido sexual. Da igual la lógica, los argumentos e incluso las evidencias científicas o sicológicas que pueda haber detrás de tus argumentos, con estas respuestas la sociedad te dice que tu opinión no cuenta, solo la suya. ¿Esto no es fascismo?



¿Cómo en pleno siglo XXI puedes creer en Dios? ¿Cómo en pleno siglo XXI puedes pensar que hay que esperar hasta el matrimonio para tener relaciones? ¿Cómo en pleno siglo XXI puedes estar en contra del aborto?¿Cómo en pleno siglo XXI puedes no aceptar que hay muchos tipos de familia?



En medio de todo este caos, a mí me gustaría nombrar el siglo XXI como el siglo de la tolerancia ¿no toca ya? Sé que no es más que una utopía, pero quiero pensar que es un ideal que vale la pena defender. Un siglo donde se pueda defender distintas posturas sin que por ello uno sea discriminado ni insultado. Un siglo donde se entienda que hay ideales eternos, que no pasan de moda y que no pierden la validez con el paso de los años. Tolerancia para todos. Donde las mujeres musulmanas puedan llevar velo si quieren y no por ello sean despreciadas ni consideradas como ignorantes o incultas. Donde se entienda que hay razones para estar en contra del aborto y considerarlo un crimen al mismo tiempo que hay razones para estar a favor del aborto. Donde se entienda que haya algunos que consideren el matrimonio como algo sagrado, instaurado por Dios y que hay otros que no creen en Dios y por lo tanto no tienen que ver las cosas como Dios las ve. Donde no se intente imponer una vida cristiana a la gente que no es cristiana ni viceversa. Un siglo donde todos puedan razonar, pensar, hablar y se les juzgue por la calidad de sus argumentos, no simplemente por la postura que defienden. Un siglo en el que escuchemos más e insultemos menos. Un siglo donde verdaderamente amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos.



Pero ¿y quién es mi prójimo? Tu vecina que acaba de abortar es tu prójimo. Tu compañero de trabajo que es homosexual es tu prójimo. La dependiente de la tienda donde compras todos los días y que se acuesta cada fin de semana con un chico diferente también es tu prójimo. Tu peluquero ateo es tu prójimo a la vez que lo es la mujer con la que te cruzas en la calle y lleva un velo puesto siempre que la ves. Por muy poco que te guste lo que piense o como viva la gente que te rodea, eso no es excusa para discriminarlos, denigrarnos ni faltarles al respeto. Ni para los cristianos, ni para los ateos, ni para los agnósticos, musulmanes, etc. Respetémonos más, escuchémonos siempre y amemos a todos. No impongamos nuestras ideas ni por la fuerza física ni por la fuerza verbal, despreciando con mis comentarios a quienes no piensan como yo.



Yo apuesto por un siglo de la tolerancia que ya toca ¿no? Puede que no sea posible en este siglo XXI ¿para el siglo XXII? Yo aún no pierdo la esperanza.


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sábado, 15 de febrero de 2014

¿Quién Es El Número 1?


Hace un tiempo Raúl Gómez ganó el programa español de "El Número 1" de Antena 3. Durante la gala final, después de haberlo escogido como ganador, en multitud de ocasiones la presentadora y colaboradores afirmaron que Raúl era el Número 1. "Eres número uno, pero que sea toda la vida. No hoy, toda la vida" afirmó Mónica Naranjo mientras le otorgaba el trofeo de ganador del concurso televisivo. Este programa nos hace reflexionar en dos cuestiones.

En primer lugar, ¿quién es el número 1? ¿A quién estamos poniendo en nuestras vidas en primer lugar? ¿Qué es lo más importante para nosotros? Esto determinará la dirección que tomará nuestras vidas y hacia donde nos dirigiremos. Si consideramos que nosotros somos el número 1 veremos al resto de personas como simples instrumentos para conseguir nuestros objetivos (error bastante habitual).

En segundo lugar, cuando muramos ¿quién será el número 1? Se dice que el papel lo aguanta todo. Podemos hacer dibujos inverosímiles o escribir historias fantasiosas y por un momento parecer que son ciertas. De la misma forma pasa con nuestras fantasías. Podemos engañarnos a nosotros mismos creyéndonos mejor que nadie, haciendo teorías sobre la vida y la muerte y pensar que somos el número 1. Ahora bien, igual que la realidad puede echar por suelo los dibujos de un papel, la muerte hará lo mismo con nuestras creencias. Una vez que muramos no importará para nada si nos considerábamos los más importantes o si creímos que el cielo no existía o que la reencarnación es lo que sucede cuando uno muere. Ahí solo importará lo que es cierto y lo que no. Todas nuestras fantasías y creencias se diluirán ante la verdad.

Y verdad solo hay una y es que cuando muramos todos tendremos que presentarnos delante del único Dios y dependiendo de las elecciones de nuestra vida pasar el resto de nuestro tiempo en su presencia o alejado de Él. Solo hay una cosa que nos puede impedir disfrutar de la presencia de Dios para siempre y es nuestro pecado. El pecado, la imperfección, el error es incompatible con un Dios perfecto. Así que toda persona que sea pecadora no podrá estar delante de la presencia de Dios, ni ahora ni por la eternidad. ¿Qué haremos pues? ¿La condenación eterna es nuestra única posibilidad? Obviamente hay una solución y es no pecando. Pero sabiendo que "el que dice que no tiene pecado, miente" estamos en una situación complicada. Necesitamos una "cura" para nuestro pecado y no existe religión, ni filosofía, ni creencias que nos presenten ninguna salvo Jesús. La única posibilidad que podrás encontrar para que tu pecado sea perdonado y por lo tanto puedas estar en la presencia de Dios desde hoy y para siempre se llama Jesús. Da igual lo que busques en diferentes religiones, pensamientos o modas, ninguna podrá solucionar tu problema eterno, el pecado. Por lo tanto, dará igual lo bueno que seas o los sacrificios que hagas, la única forma de poder entrar en la presencia de Dios es aceptando a Jesús como señor y salvador en tu vida y recibir así el perdón de tus pecados. Tan sencillo y tan complicado a la vez. La sangre del Hijo de Dios se derramó para que tu perdón fuese posible. Tan complicado para Él, tan sencillo para nosotros.

Así que sabiendo que cuando muramos nuestra elección respeto a Jesús determinará nuestro destino eterno ¿Quién crees ahora que será el número 1 cuando mueras? Y si Jesús será el número 1 cuando estés muerto, cuando la mentiras y fantasías se disuelvan y solo quede la verdad ¿quién crees que debería ser el número 1 mientras vivas? La elección es tuya, el tiempo se agota. Una palabra: Acepto.

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viernes, 14 de febrero de 2014

Christian Nestell Y La Necesidad De Fantasear


Cuando somos pequeños todos tenemos grandes sueños. Todos creemos que existen dragones que tenemos que vencer y que no hay ninguna dificultad que no podamos superar usando una escoba como si fuera una espada. Todos los enemigos son vencidos con una orden nuestra. Sin embargo, mientras vamos creciendo, las escobas pierden toda su amplitud de usos y queda solo para barrer, las fregonar para fregar y los lápices de colores son una reliquia del pasado. Intercambiamos juegos por estudios y sueños por decepciones.

Christian Nestell nos recuerda que da igual cuanto tiempo pase o cuantas decepciones hayas sufrido, los sueños y las fantasías siguen siendo necesarias en tu vida. No son cosas que deben quedar en tu pasado.
"El hombre puede vivir unos cuarenta días sin comida, tres días sin agua y ocho minutos sin aire... pero ni un sólo segundo sin esperanza". Hal Lindsey
A pesar de todo nuestro pasado, necesitamos volver a soñar. Necesitamos volver a creer que podemos conseguir grandes cosas, que el mundo está a nuestros pies. Necesitamos recuperar sueños e ilusiones. Si no lo conseguimos, nunca seremos felices. Y es que por muy difícil que nos parezca el volver a soñar, esto es imprescindible para tener una vida que valga la pena vivir.

Entre todas las cosas que debemos recuperar, es el creer en Dios. Puede que con el paso de los años nos haya invadido el excepticismo o las dudas, pero esto no hace menos real a Dios. Debemos permitir que Él gobierne en nuestras vidas, que nos dé de su paz y que nos guíe por senderos donde podamos descansar. Entre todas las cosas necesarias para ser feliz, la más importante es la de confiar en Dios y dejar que Él ponga sus sueños en nosotros. Esta es la única manera que tenemos de que nuestros sueños realmente se hagan realidad, cuando sean sueños puestos en nosotros por Dios. Así evitaremos la decepción y la desilusión, porque Dios nunca falla. ¿Quieres conocer el secreto de una vida llena? Es una vida con Dios.

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jueves, 13 de febrero de 2014

Louis Pasteur Y El Uso De La Ciencia Para Acercarse A Dios


Louis Pasteur fue un químico francés cuyos descubrimientos tuvieron enorme importancia en diversos campos de las ciencias naturales, sobre todo en la química y microbiología. A él se debe la técnica conocida como pasteurización.

Sus contribuciones en la química orgánica fueron el descubrimiento del dimorfismo del ácido tartárico, al observar al microscopio que el ácido racémico presentaba dos tipos de cristal, con simetría especular. Fue por tanto el descubridor de las formas dextrógiras y levógiras que desviaban el plano de polarización de la luz con el mismo ángulo pero en sentido contrario.


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miércoles, 12 de febrero de 2014

Fuera De La Barca

Ha sido de dos formas diferentes en las que Dios me ha dicho lo mismo esta semana. Son estas cosas que Dios hace que parecen una asombrosa casualidad, pero que en el fondo sabes que de casualidad no tienen nada.

Por un lado ha sido haciendo la selección de la semana que hemos dedicado en nuestra página de facebook a Evan Craft. La primera canción que escogimos se llama “Océanos”, si no la conoces te invitamos a que la escuches. En una parte de la canción, la letra dice: “Tu voz me llama a las aguas, donde mis pies pueden fallar”. Continúa la canción diciendo “ahí te encuentro en lo incierto” y acaba la estrofa con una declaración de fe: “caminaré sobre el mar”. ¿A quién le gusta vivir en la incertidumbre? ¿A quién le gusta vivir dónde nuestros pies pueden fallar? ¿A quién le gusta vivir pensando que en cualquier momento puedes caerte y darte una que puede ser monumental?

Algunos dirán aquí que Dios te sostiene y no te dejará caer. Tengo fe, no te confundas, pero la experiencia también me dice que Dios sí nos deja caer. La promesa es bonita, suena bien, pero por desgracia no siempre se cumple. “Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender” que decía Charles Dikens. Y los fracasos también son parte de la vida, y parte del cristianismo.

Vivir en lo incierto puede ser angustioso. No saber como vas a pagar las deudas, no ver futuro, no tener a nadie más que a Dios (¿y no es suficiente?). Vivir en lo incierto será angustioso solo cuando alejas tu mirada de Jesús, es ahí y solo ahí cuando te hundes. Y es que la canción nos recuerda una verdad más. Es en lo incierto, donde me encuentro con Dios.

La segunda forma en la que Dios me ha hablado esta semana ha sido a través del título de un libro que estoy leyendo. Provocativo e inspirador al mismo tiempo, “Si quieres caminar sobre las aguas tienes que salir de la barca” de John Ortber. Nuestra naturaleza nos mueve a buscar la comodidad y nos creamos una falsa seguridad. Y es que en la barca también te puedes hundir. Nos creemos que dentro de la barca estaremos más seguros pero esto es solo en apariencia. Realmente estarás más seguro en la voluntad de Dios. ¿Qué caminar sobre las aguas es peligros? Sin duda. Pero si Dios te llama a las aguas, más peligroso es quedarse en la barca.

Finalmente, el título del libro me tocó tanto porque dice una grandísima verdad en una frase tan corta. ¿Quieres la bendición de Dios? ¿Quieres ver los milagros de Dios, el poder de Dios en tu vida? Pues vas a tener que salir de tu comodidad. No vas a poder encontrarte con el Dios de milagros, no vas a poder ser completamente lleno ni conocerás el gozo que solo Dios puede dar mientras que te quedes en tu barca. ¿Quieres una vida plena? Sal de tu barca. ¿Quieres ver a Dios cara a cara? Sal de tu barca. ¿Quieres vivir un cristianismo que deje huella? Sal de tu barca.

Para algunos significarán dejar sus trabajos seguros para dedicarse al ministerio. Para otros significará empezar proyectos que nos dan miedo por lo que pueda pasar. Para todos nosotros significará salir de las cuatro paredes para predicar al perdido. Sea lo que sea que Dios tiene preparado para ti, Dios te está llamando a salir de tu barca, a adentrarte donde tus pies pueden fallar.

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martes, 11 de febrero de 2014

Yo También Lloro Por Miley



El otro día leía un artículo titulado “Lloro por Miley” (http://bit.ly/19WMSmW) y tocó un punto en el cual estoy profundamente de acuerdo. El caso de Miley Cyrus y su interpretación en MTV más que enfadarme o sonrojarme, me da ganas de llorar. Yo también lloro por Miley.

Me da ganas de llorar porque Miley no es más que un ejemplo de cómo está nuestra sociedad y de qué valores está enseñando a nuestros jóvenes. Pero lloro más profundamente porque éste no es más que otro caso de una chica que crece en una familia cristiana y acaba perdiendo el rumbo. Hace un tiempo ella afirmaba: 
“Yo soy muy espiritual a mi manera. Permíteme dejarlo claro, soy cristiana. Jesús es quién me salvó. Él es lo que me mantiene llena y completa.” 
¿Cómo una persona que afirmaba esto hace poco tiempo puede acabar así? Miley no es más que otro claro ejemplo de que estamos fallando como iglesias y como familias.

El cristianismo lleva las últimas décadas dando tumbos sin ser capaz de encontrar su lugar. Desde el siglo pasado, la revolución sexual y los últimos cambios sociales han tomado al cristianismo por sorpresa y lo han dejado completamente descolocado. ¿Herido de muerte? Nunca, pero urge que encontremos nuestro lugar. Miles de jóvenes se están perdiendo mientras nosotros seguimos discutiendo el sexo de los ángeles. La iglesia cristiana no se encuentra cómoda con la situación que le toca vivir hoy en día, pero siento deciros que es lo que tenemos y negarlo no nos ha hecho ningún bien. Aceptemos que las cosas han cambiado y volvámonos a centrar en Cristo.

Sigo llorando porque nuestros jóvenes creen que deben prostituir su imagen para tener éxito. Lloro porque no han entendido que ese agujero que tienen solo Dios lo puede llenar y no lo van a llenar exhibiéndose ni conquistando el mundo. Y lloro aún más fuerte porque si no lo han entendido ha sido todo culpa nuestra. ¿Cómo hemos podido fallar tanto? Sigo llorando porque cuando se le cuestiona a Miley por su actuación responde: 
“Mi actuación ha generado 306.000 tuits por minuto. Esto es más que un apagón o la Superbowl” 
a lo que yo sólo puedo contestar: “¿y?” ¿Todo ese deleznable espectáculo justificado en que tuvo mucha repercusión? No me lo puedo creer. En el fondo solo veo a una niña que se siente sola y que intenta llamar la atención ¿de sus padres, de Dios, de alguien que pueda rescatarla? No lo sé. Pero vuelve a resaltar que estamos fallando nuevamente. Nuestros hijos tienen que buscar fuera la atención que no encuentran en casa y nuestros jóvenes buscan la que no encuentran en sus iglesias. Volvemos a fallar en nuestro ministerio más importante, la familia. Nuestras iglesias siguen fallando y ahora solo nos queda llorar. Lloro por unas generaciones a las que no estamos siendo capaces de hacerles entender el mensaje de la cruz. A las que no estamos haciendo entender que todo lo que el mundo ofrece es vanidad. Lloro porque muchos con suerte encuentran a Jesús después de tener que recorrer un camino de mundanalidad ya que no han entendido que no es necesario probar el mundo para saber que Jesús es lo que necesitan. Miley disfraza su vacío con un traje de indiferencia. Y yo le pregunto: “Miley, ¿por qué sufres?” La vanidad ha inundado nuestro cristianismo light y ahora, viendo su actuación, solo puedo llorar.

Quiero terminar haciéndote una invitación, llora conmigo. Llora por cada uno de estos jóvenes que piden a gritos ayuda por medio de exhibicionismo, indiferencia, rebeldía o cualquier otro medio y que solo encuentran críticas y rechazo. Llora por cada uno de estos jóvenes que han confundido pecado con diversión. Llora por cada alma que se pierde mientras que nosotros nos pasamos el tiempo peleando y discutiendo por tonterías. “Jesús lloró”. Ahora bien, también recuerda que “el llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría.” Llora conmigo mientras el sol no sale. Llora mientras la oscuridad reina en este mundo. Pero recuerda que el día se acerca. Así que cuando salga sol, deja de llorar. Cuando salga el sol dedica más tiempo a dar la atención a tus hijos que necesitan. Dedica más tiempo a ser un mejor padre, una mejor madre y sobretodo, una mejor iglesia. Cuando salga el sol deja de llorar y empieza a doblar tus rodillas en oración. Cuando salga el sol, deja de llorar y empieza a declarar victoria sobre tus hijos y sobre cada joven de esta generación. Porque puede que hayamos perdido nuestro rumbo como hijos de Dios, pero cuando salga sol nuestros ojos se volverán a fijar en Jesús. Nuestra boca volverá a proclamar la cruz. Nuestros brazos volverán a abrazar al necesitado. Nuestros oídos volverán a escuchar la voluntad de Dios. Nuestros pies volverán a caminar por el camino estrecho. Porque cuando salga el sol, nuestras vidas volverán a reflejar al Dios vivo y real, que aunque nosotros fallemos, Él aún nos ama y está dispuesto a darnos otra oportunidad. Cuando salga el sol, los muertos resucitarán, los ciegos verán y los cojos andarán. Cuando salga el sol…

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domingo, 9 de febrero de 2014

Oprah Winfrey Te Puede Mostrar Como Ser Cristiano

Oprah Gail Winfrey es una de las mujeres más influyentes y ricas del mundo. Es un espejo en el cual se miran muchas mujeres norteamericanas. En una entrevista fue cuestionada por sus creencias, muchas veces puestas en duda. Es asombroso como en los EEUU se habla de estos temas con tanta naturalidad. Es muy extraño que en otros países, como en Europa, se le pregunte a la gente por sus creencias, es como si ese tema no interesase. Quizás algún día se consiga que sea algo parecido en nuestros países de habla hispana. 

En esta entrevista Oprah Winfrey afirmo que es cristiana, pero que no está hablando de religión. Como ella, muchos cristianas consideramos que Dios no es religión, sino relación. Los fariseos tenían una religión y fueron duramente criticados por Jesús debido a eso. Jesús no vino a fundar una religión más, vino a cambiar vidas. También vino a pedirle a la gente que le siguiese. Por lo que aunque Oprah no le pida a otros que sean cristianos, nosotros sí que lo hacemos. Es la mejor decisión que puedes tomar. 

Sin lugar a dudas vivimos en una época en la que queremos parecer muy "tolerantes" y entendemos que esto quiere decir que cada uno puede creer en lo que quiera y no podemos decirle a nadie en que puede creer o no. Parece ser que Oprah se incluye en esta corriente. Nosotros preferimos y entendemos que el cristianismo debe ser más radical. No hay otro camino, no hay otra forma. Sin Jesús la gente está perdida, ahora y para siempre. Ésta es una verdad que no podemos callar.

Y queremos terminar al igual que Oprah, si quieres ser cristiano te podemos mostrar cómo hacerlo. Simplemente pídele a Dios que lave todos tus pecados, que te llene de Él y que guíe tu vida hacia una eternidad con Él. No esperes más. No dejes pasar más oportunidades. Alguna será la última ¿y si es ésta?

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sábado, 8 de febrero de 2014

El Medallón Perdido: Las Aventuras De Billy Stone


Puntuación 3/5

La película cristiana “El medallón perdido” es una película con un estilo similar a las películas de Indiana Jones, con la excepción de que está protagonizada por niños.

La historia empieza con Daniel Anderson visitando el orfanato donde se crió cuando era pequeño y que sigue dirigiendo la tía Sally. La trama se centra en un orfanato posiblemente porque uno de los temas centrales será la relación padre-hijo, los sentimientos que tienen los hijos cuando son abandonados por sus padres y lo que Dios le dice a los niños que están en esas situaciones. Daniel Anderson estará interpretado por Alex Kendrick a quien ya pudimos ver protagonizando otras películas cristianas que ya están en la memoria de todos los aficionados a las películas cristianas como “A prueba de fuego”, “Enfrentando a gigantes” o “Reto de valientes”.

En el orfanato se encontrarán los tres protagonistas de la historia. Allie es la niña guapa que ha sido abandonada por su madre. “¿Crees que Dios hace a algunas personas por accidente?” es la pregunta de Allie que la tía Sally reproduce al principio de la película. Billy es el chico tímido e inteligente y Hugo es el abusón del grupo. Le basta unos segundos a Daniel Anderson para captar las peculiaridades de estos tres niños, por lo que cuando los niños del orfanato le pidan que les cuente una historia, decidirá inventarse una tomando a estos tres niños como protagonistas para así poder dejarles un mensaje a cada uno de ellos.

La historia se centrará en una isla lejana, donde un rey decide convertir su corona en un medallón para mostrar así que todo el mundo es igual. El medallón adquirirá poderes, lo que le permitirá mantener a su poblado a salvo. Sin embargo, en el momento en que Hugo, el hijo del rey, pierde la piedra del medallón éste es despojado de sus poderes. Cobra, enemigo del rey y que desea tener el medallón, invade su reino matando al rey Killey y dando así comienzo a una carrera por buscar el medallón y hacerse con sus poderes.

Muchos años más tarde, en el tiempo presente, nos encontramos con Daniel, el padre de Billly, que es arqueólogo y dedica toda su vida a buscar el medallón. En esta historia, no solo Allie ha sufrido el abandono de sus padres, Billy también. Su madre murió siendo pequeño y tiene que dedicar todo su esfuerzo para captar la atención de su padre. En un momento dado el padre le dice: “todo lo que alguna vez ha significado algo para mí está enterrado en el suelo”. Billy piensa que si encuentra el medallón para su padre, éste volverá a quererle. Éste será uno de los temas principales que la película dejará a los más pequeños. ¿Qué sucede cuando los niños son abandonados por sus padres, cuando los padres le dan más importancia a sus trabajos que a sus hijos? ¿Cómo es la vida de un niño que piensa que tiene que ganarse la atención y el cariño de sus padres? Tanto Allie, que su madre le decía todos los días que había sido un accidente y le abandonó, como Billy que aún teniendo un padre era como si no lo tuviera, nos muestran dos caras de esta realidad. En este sentido la película nos dejará un mensaje claro “quizás hayas sido un accidente para tu madre, pero no eres un accidente para Dios”. Dios tiene un propósito para toda vida, desde antes incluso de que naciéramos, Él ya estaba pensando en nosotros. Cuando Allie escucha esto de un viejo sabio llamado Falenka se emocionará. Esta será la primera vez que se nombrará a Dios, después de una hora de película. Y es que en esta película, como en otras muchas cristianas, el mensaje está al final.

Con la ayuda de su amiga Allie, Billy encontrará el medallón que por accidente le llevará al pasado. Ahí  conocerá al tercer protagonista de la historia, Hugo, el hijo del rey muerto. Hugo será una persona orgullosa que se cree superior al resto por su sangre real. A lo largo de la historia irá aprendiendo humildad y se acabará sometiendo al liderazgo de Billy. Falenka le enseñará que un verdadero rey encontrará valor al servir a otros. Y Allie en un momento de enfado le echará en cara de que si fuera tan especial como él cree pensaría que todos son igual de especiales. Algo que su padre pensaba pero que el hijo aún no había aprendido. Al aparecer Billy con el medallón será nombrado rey, algo que molestará bastante a Hugo, el heredero al trono.

Al enterarse Cobra que el medallón ha vuelto a aparecer decide atacar el asentamiento haciéndose con él. Sin embargo no será capaz de que el medallón funcione, ya que solo funciona con gente que tiene el corazón puro. Y aquí aparecerá Falenka en la historia. Los tres niños, junto al inseparable amigo de Hugo, Anui, deciden recuperar el medallón. Para eso buscarán a Falenka, antiguo compañero del padre de Hugo. Él les entrenará en las artes de la lucha y les ayudará en sus respetivos problemas. Enseñará humildad a Hugo, dará confianza a Billy y valor a Allie. Su mayor enseñanza se la dejará a modo de acertijo: “No se ve nunca, pero se siente sin esperanza. Es frío y algunas veces se derrite. Fuerza y poder se encuentran en su interior donde el valor y el propósito residen”. Finalmente adivinarán que se refiere al corazón, donde reside su gran fuerza.

Al terminar la historia, los niños del orfanato entenderán que su medallón es su corazón. Aquello que les da la fuerza y que puede hacer sus sueños en realidad no se debe buscar por el mundo adelante, se encuentra en nuestro corazón. Ahí podemos encontrar la paz y la felicidad que buscamos, si lo abrimos a Dios y dejamos que él entre en nuestras vidas.

En un momento de la película, Falenka pone su vida para salvar a Billy. Éste le preguntará por qué moriría por él, a lo que le contestará en su último aliento de vida: “porque una vez un gran rey murió por mí”. Su antiguo rey, Killey había muerto por su gente al intentar poner a salvo el medallón, pero queda claro que en la película no se está refiriendo a ese rey. Nos está hablando de Jesús, quién siendo rey se despojó de si mismo para poner su vida por todos nosotros y así darnos un futuro de esperanza y de paz. Podemos vivir porque un rey murió en nuestro lugar. Siendo inocente interfirió una flecha que iba dirigida a nosotros dándonos otra oportunidad y ahora depende de nosotros aprovechar esa segunda oportunidad o desperdiciarla.

Finalmente los niños decidirán trabajar unidos, con lo que conseguirán matar al rey Cobra, recuperar el medallón y volver a su época.

Al terminar la historia Daniel dejará un mensaje a cada uno de los tres niños del orfanato que protagonizaban esta historia improvisada. A Allie le dirá que nadie es un accidente para Dios y que Él tiene un propósito increíble para cada uno. A Hugo le explicará que la grandeza viene cuando amas, sirves a otros y ayudas a los demás poniéndolos por encima tuya. Finalmente Billy entenderá que su mayor valor viene de Dios y lo más importante que debe saber es confiar su corazón al que le había creado.

Como podéis observar, la película está cargada de grandes mensaje pero también tiene grandes problemas que nos gustaría resaltar a continuación. En primer lugar los personajes de la historia son planos y demasiado caricaturizados. Llega un momento que llegan a cansar. Allie es la niña llorona que se pasa la mitad de la película llorando por cualquier cosa. Billy tiene el complejo del héroe. Hugo es la persona orgullosa que se cree por encima de todo el mundo y Falenka es un viejo sabio y loco que intercambia grandes mensajes con comportamientos absurdos con la única intención de hacer reír al público. No esperes nada más de estos personajes. En unas pocas líneas puedes definirlos a todos sin problemas.

En segundo lugar, algunas de las escenas de la película son ridículas y difíciles de aceptar. Nos encontramos por ejemplo a los protagonistas huyendo del ejército de Cobra tirándose por una cuerda con unas simples ramas que no se rompen con su peso. En un momento donde los niños han sido tomados prisioneros, Allie los libera tirando unos petardos lo que hace huir al ejército enemigo totalmente asustado. En el momento en que Billy se presenta delante del rey Cobra dormido para intentar quitarle el medallón del cuello y finalmente acaba siendo arrestado uno no puede preguntarse más que de qué otra manera podría haber acabado esa escena ¿cómo esperaba que ese plan acabase bien? Sin duda, la historia tiene grandes agujeros argumentales y aún siendo dirigida a un público infantil, son difíciles de pasar por alto. Por último, el mensaje final de Daniel en el que se nos dice que Billy había aprendido a confiar en Dios no está bien justificado. En ningún momento se ve un cambio en Billy porque empiece a confiar en Dios. Por mucho que se quiera hacer un paralelismo del medallón con Jesús y el corazón, no está suficientemente justificado. En este momento uno se pregunta, ¿realmente hemos visto la misma película? Y cómo no, como sucede en casi todas las películas con un argumento mal trabajado, termina con todo el mundo súper feliz. Hugo se convierte en un gran rey, el padre de Billy se da cuenta de su error y vuelve a quererlo, Falenka muere en la historia pero a nadie le importa y a Allie ya le da igual que sus padres le hayan abandonado porque ha entendido que para Dios no ha sido un error. Sin duda, éste es un error de todas las películas de Alex Kendrick.

Finalmente, podemos resaltar que esta película tiene en general un buen ritmo, tiene suspense e intriga a la vez que momentos de humor. Te hará reflexionar y te hará reír. Sin embargo, podría haber dado mucho más de sí si se hubiesen trabajado mejor los personajes, las escenas y se hubiese justificado un poco mejor el mensaje que querían dar. Es una película entretenida pero no es una gran película. Debido a esto le damos una puntuación de 3 sobre 5.

Os animamos a que la veáis. Debemos ver más películas cristianas, ya que en medio de tantas películas con mensajes dudosos alguna que nos dé buenos mensajes, tanto a nosotros como a los más pequeños es siempre positivo. Si la veis, ya nos daréis vuestra opinión sobre ella. La estaremos esperando.

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miércoles, 5 de febrero de 2014

"Cómo Conocí A Vuestra Madre" Se Olvida De Dios

Vivimos en una época donde la sociedad cada vez más quiere dejar a Dios de lado. Y si de Dios hay que hablar, que sea en privado. Este nuevo pensamiento está llegando también a la televisión ¿o empieza ahí? y cada vez es más común verlo reflejado en las series y películas que se estrenan. Los medios de comunicación, el opio del pueblo del siglo XXI y creadores de opinión por excelencia, quieren hacernos olvidar a Dios. Vivir como todo el mundo vive y si luego quieres creer en Dios, pues no es necesario que nadie se entere. Estará bien siempre y cuando esto no interfiera en tu día cotidiano.

Ejemplo de esta secularización la encontramos en la famosa serie de televisión "cómo conocí a vuestra madre". En esta serie nos podemos encontrar a los personajes pidiéndole al "universo" una señal para saber que decisiones tomar o dándole las gracias a las "estrellas" por cómo les van las cosas. ¿Universo? ¿estrellas? ¿enserio? En otro capítulo se habla sobre la posibilidad de que haya algo trascendental en la vida que le dé sentido a la misma, ¿se están refiriendo a Dios? No, a los hombres lobos, fantasmas o vampiros (no es una broma), para acabar dejando el mensaje de que en lo único que debes creer es en ti mismo.

En medio de todo este sin sentido, el primer capítulo de Génesis es de total actualidad. En él se nos recuerda que las estrellas, animales, universo, etc. no son más que cosas creadas. No tienen ningún mensaje oculto que tengamos que descifrar. Si quieres conocer tu futuro, no le preguntes al universo o a las estrellas, que no son nada, sino al creador de ellas. Debemos pararnos y reflexionar, y darnos cuenta de que el camino que nos quiere marcar la sociedad de hoy en día es un disparate. Eliman a Dios y lo quieren sustituir por "dioses" inútiles, que no pueden salvar ni ayudarte. En esta dirección, la frase de Philip Yancey tiene mucho sentido:
"¡Qué extraño que la oración le parezca una necedad a algunos que basan sus vidas en las tendencias de los medios de comunicación, la superstición, el instinto, las hormonas, los modales sociales, o incluso la astrología!"
Si no queremos perder nuestro camino, por otros sin sentido y absurdos, debemos volver a la Biblia y afirmar cómo dijo el salmista "estos confían en carros y aquellos en caballos, pero nosotros confiamos en el nombre de Jehovah, nuestro Dios". ¿Que nuestra sociedad quiere confiar en el universo, las estrellas, fantasmas, hombres lobo o en los medios de comunicación? Muy bien, pero nosotros seguiremos confiando únicamente en Jehovah, nuestro Dios. No fijemos nuestros ojos en las estrellas, ni en la naturaleza fijémoslos mejor en Dios, el creador de todo lo habido. El único que puede aconsejarte fielmente, acompañarte en tu dolor y darte una salida cuando no puedas más.

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