miércoles, 19 de febrero de 2014

¡En Pleno Siglo XXI!

Vivimos en una época donde la sociedad quiere reclamar el siglo XXI como el siglo de sus demandas personales. Por un lado se reclama como el siglo de los “derechos” de la mujer para imponer el aborto. Por otro lado se relama como el siglo de los derechos de los homosexuales para imponer el matrimonio igualitario o que uniones del mismo sexo puedan adoptar a niños. Además están los que lo quieren reclamar como el siglo de la “libertad” sexual, nada nuevo por otro lado, donde se vea como algo normal las relaciones sexuales esporádicas y sin compromiso. Además el siglo XXI debe ser el siglo del laicismo entendido en su forma más extrema. Quitamos a Dios de las escuelas, de los gobiernos, de las calles y si les dejas incluso de las iglesias. Dios queda relegado a tu casa, en una habitación, donde estés solo y nadie te pueda ver o escuchar y desde luego donde nadie se entere de tu opinión sobre Dios, sobre todo si crees que es real y murió en una cruz por ti. Si crees que Dios no existe puedes decirlo en todas partes, lo contrario mejor cállatelo.



La gente que quiere plantearnos de esta forma el siglo XXI no está muy lejos del fascismo. “O piensas cómo yo o tu opinión no tiene valor”. Ya se ocuparán luego de buscar la manera de desacreditar tu opinión. Si defiendes el aborto es porque eres hombre y de eso no puedes opinar. Si crees en Dios es porque vienes de una familia cristiana y no tenías más remedio (¿por qué todos los ateos se creen más listos que el resto?). Si defiendes el sexo dentro del matrimonio es porque eres un reprimido sexual. Da igual la lógica, los argumentos e incluso las evidencias científicas o sicológicas que pueda haber detrás de tus argumentos, con estas respuestas la sociedad te dice que tu opinión no cuenta, solo la suya. ¿Esto no es fascismo?



¿Cómo en pleno siglo XXI puedes creer en Dios? ¿Cómo en pleno siglo XXI puedes pensar que hay que esperar hasta el matrimonio para tener relaciones? ¿Cómo en pleno siglo XXI puedes estar en contra del aborto?¿Cómo en pleno siglo XXI puedes no aceptar que hay muchos tipos de familia?



En medio de todo este caos, a mí me gustaría nombrar el siglo XXI como el siglo de la tolerancia ¿no toca ya? Sé que no es más que una utopía, pero quiero pensar que es un ideal que vale la pena defender. Un siglo donde se pueda defender distintas posturas sin que por ello uno sea discriminado ni insultado. Un siglo donde se entienda que hay ideales eternos, que no pasan de moda y que no pierden la validez con el paso de los años. Tolerancia para todos. Donde las mujeres musulmanas puedan llevar velo si quieren y no por ello sean despreciadas ni consideradas como ignorantes o incultas. Donde se entienda que hay razones para estar en contra del aborto y considerarlo un crimen al mismo tiempo que hay razones para estar a favor del aborto. Donde se entienda que haya algunos que consideren el matrimonio como algo sagrado, instaurado por Dios y que hay otros que no creen en Dios y por lo tanto no tienen que ver las cosas como Dios las ve. Donde no se intente imponer una vida cristiana a la gente que no es cristiana ni viceversa. Un siglo donde todos puedan razonar, pensar, hablar y se les juzgue por la calidad de sus argumentos, no simplemente por la postura que defienden. Un siglo en el que escuchemos más e insultemos menos. Un siglo donde verdaderamente amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos.



Pero ¿y quién es mi prójimo? Tu vecina que acaba de abortar es tu prójimo. Tu compañero de trabajo que es homosexual es tu prójimo. La dependiente de la tienda donde compras todos los días y que se acuesta cada fin de semana con un chico diferente también es tu prójimo. Tu peluquero ateo es tu prójimo a la vez que lo es la mujer con la que te cruzas en la calle y lleva un velo puesto siempre que la ves. Por muy poco que te guste lo que piense o como viva la gente que te rodea, eso no es excusa para discriminarlos, denigrarnos ni faltarles al respeto. Ni para los cristianos, ni para los ateos, ni para los agnósticos, musulmanes, etc. Respetémonos más, escuchémonos siempre y amemos a todos. No impongamos nuestras ideas ni por la fuerza física ni por la fuerza verbal, despreciando con mis comentarios a quienes no piensan como yo.



Yo apuesto por un siglo de la tolerancia que ya toca ¿no? Puede que no sea posible en este siglo XXI ¿para el siglo XXII? Yo aún no pierdo la esperanza.


No olvides seguirnos en facebook y en twitter 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchísimas gracias por visitar nuestro blog. Siéntete en libertad de comentar siempre que quieras.